jueves, 1 de diciembre de 2011

Llorando bajo la lluvia has que tu ojos recuerden
Sé que no sufrirás lo que no has sufrido

Si has llorado, llorarás
Si has querido morir, morirás
Si has querido olvidar, olvidarás
Distinto será el nombre , distinto el lugar
En lo profundo se sentirá igual
Te quemará , sí que lo hará
Dolerá, sí que lo hará

Una noche la soledad te besará por sorpresa
te dormirás con un sabor amargo en los labios
quedarán tus recuerdos guardados en una caja
sentirás el deseo de volar
correrás a oscuras bajo la luna

Si has llorado, llorarás
Si has querido morir, morirás
Si has querido olvidar, olvidarás

La soledad estará a tu lado cada noche
quizá otra mujer llegará a tu vida
pero nunca nadie te amará tanto como yo
sé que no sufrirás más de lo que has sufrido
la diferencia es que alguien lo hará por tí

Llorando bajo la lluvia te recordaré
y así lloraré como nunca he llorado
querré morir como nunca lo que hecho
y querré olvidar como tú ya lo has hecho una vez

Véronique

Sueño en negro

Las preguntas dan vuelta en mi cabeza
lo supe y ya no pude dormir, no pude comer
no pude dormir, no pude , no pude dejar de pensar
eso era todo lo que daba vuelta en mi cabeza
Y en la tuya, y en la mía


Fueron días y noches, fueron largas horas
minutos en donde todo se teñía de negro
así despertaba, dormía y soñaba
en un agujero negro


A veces quería que todo se desvaneciera
pedía que todo fuera un error
sí, rezaba y pedía allí arriba
que todo volviera a la normalidad


Fueron días y noches, fueron largas horas
minutos en donde todo se teñía de negro
así despertaba, dormía y trasnochaba
en un agujero vestido de negro


Las lágrimas caían en la oscuridad
caían en el agua y nadie se daba cuenta
las dudas daban vueltas en mi cabeza
miraba alrededor y estabas ahí, siempre
las lágrimas caían junto con las hojas
caían sobre tí porque siempre estuviste ahí


Fue una tarde
el sol se detuvo ante nosotros
era sólo una gota en el infinito
fue sólo un instante en el tiempo
tenía miedo y no pude abrir los ojos
pero tú estabas ahí y todo terminó

Véronique

sábado, 20 de agosto de 2011

El color de la mañana

Camino, camino lentamente por esa calle de árboles perfectamente alineados, las hojas caen cuidadosamente a mi lado, siento mis manos tibias, mi cabello desordenado y mis labios besados.
Camino y siento el son de la música, es suave y sin alteraciones, me siento tranquila, sin quejas ni objeciones. El sol naciente traspasa el techo de hojas arriba de mi cabeza y me golpea directamente en la cara, me arrugo y río sin esfuerzo. Quedo mirando un cielo verdeazul sobre mí, los autos pasan, la gente pasa, el tiempo pasa.
Camino, mis piernas rozan el pasto, me derrito y siento cosquillas en mi espalda, unas manos me cierran los ojos y quedo ciega por un instante. Escucho el canto de los pájaros y la vibración del mundo en mí. Mi cuerpo se tiende sobre un cálido suspiro, un olor a mañana y sudor, una mezcla de rosas y de piel se posan en mi nariz. Una brisa descubre mis pies y me recorre de sur a norte, se me eriza la piel y un día de verano me recuerda y se recuesta sobre mí. Escucho el susurro del mar en mi oído y abrazo a mi lado el salado sabor marino que se queda en mis labios.
Viajo por la profundidad del mar que se ahoga en mis ojos, me rescata un día de otoño en el que me embarqué, me toma de las manos y limpia mis vidriosos ojos empañados. Se afina mi olfato y recojo la desnudez que se dibuja en el aire, el vapor me enseña a sentir con las manos, a sentir con cada parte de mi cuerpo.
Viajo, viajo como los nómades, viajo por desiertos, selvas y montañas, por valles, islas y océanos. Recorro caminos, algunos vírgenes, algunos transitados, me detengo y me quedo y vuelvo a emprender el viaje, conozco nuevos lugares, nuevas formas, nuevos paraísos.
Viajo, viajo como las hojas en otoño, como las aves en época migratoria, como los veleros en el infinito llegando hasta donde se esconde el sol.
A veces temo a no encontrar el camino de regreso, aunque tal vez no haya ninguno.
Me refugio bajo un árbol de grandes ojos, ramas fuertes y raíces firmes. Acaricio su corteza tibia, me aferro a él, y me dejo llevar por sus surcos.
Me entrego a su protección, a su naturaleza, a su cuerpo de hombre.

(Sólo tú sabes lo que esto significa)

P.D: Para tí :)

domingo, 20 de febrero de 2011

Vuelve

La luz de esa gran lámpara se derramó por la ciudad
y entre mis manos se derrite la última vela desvelada

Déjame callar y ver por la ventana
que de mis ojos caen reflejos de mundo
y si no consigo dormirlos
transcurrirán por ríos
de esos que se vuelven infinitos.


Véronique


(Son las 00:00 horas y digo adiós)



Real.ideal


Amanece
Así fuera suficiente

Adelantar las mentes

Acoger al no visto, desaparecido de nosotros

Acrecentar los gritos en este campo sin sonidos
¿Por qué no vuelan los pájaros a tu lado amor?
Si te has callado para escuchar su voz

Amanece

Al silbido sordo y frío
Aficionado del surco en sus labios
Aspirando largos desvelos
Amando como idiota
Saltando al vacío sin alas

Cayendo sin caer, muriendo sin vivir


Amanece

Alcanzo un susurro en tí
Afuera cae gris bajo inocencia
Absurdo sentir, sentir venir, venir sin ir
Ahora enmudece cerca de olas en calma

En mis oídos se desata una tormenta

Siniestra amanecida que espera una siesta


Amanece
Al fin sin fin, sin comienzo
A comenzar escucha
Atento al encendido de la lámpara

Aire de soledad con semillas de amapola

Si pudiera

No diría el silencio
Si durmiera
No sería de miedo

Amanece
Si es que soñar puede despertar

Amanece

Si es que a lo lejos el sol
Atardece


Véronique






miércoles, 9 de febrero de 2011

La hoja en blanco

Siento no escribir cuando lo que más quiero en este momento es decir todo entre líneas, no en directo, no a la vena.
Quisiera que todo valiera la alegría y no la pena.
Quisiera decir y no decir sólo por no querer escuchar.

Si hay algo que me gusta es caminar. Sea de mañana, tarde o noche, sin embargo, la noche tiene algo que nunca me dejará de gustar, ese aire fresco, ese ambiente de final, ese pedacito de día que queda colgando de un hilo y en el que tantas cosas pueden pasar y que determinará el final del día y el comienzo del siguiente.
Si te dijera...pero en un segundo decidí no decir, no pensar más, enmudecer falsamente.

"No intentes jamás ser algo que no eres..." eso salió de un comentario y es exactamente lo que no quiero hacer en este momento, tal vez lo que nunca debí pretender.

A veces me pregunto por qué las cosas deben pasar en un determinado momento, ni antes ni después. ¿Ahora tendrá qué ser ese momento? Es curioso, al final toda pasa en su justo tiempo, todo calza perfecto después de meditarlo.
Después de la tormenta siempre sale el sol y el sol brilla nuevamente ante mí.
Una noche de esas que no pasan desapercibidas salió el sol, una noche larga y húmeda deshizo un poco el mundo y luego lo volvió a armar.
Hay cosas que nunca se olvidarán, eso es un hecho, pero dejemos atrás lo que ya quedó atrás,
el pasado no se borra, eso fue y siempre será. El pasado, pasado está, no hay por qué traelo al aquí, al ahora. Si algo está presente, es el futuro, ese incierto camino por delante que quiero seguir caminando.

Y terminando un día amargo, caminando de noche, me encontré un saco de palabras para oír. Comenzando un día dulce espero que ese saco no tenga nunca fin.

(El sol salió y la luna le robó el color... y su amor)

Véronique

domingo, 30 de enero de 2011

Recuerdo


Fue el último día del pasado año 2010.
Estabamos en un parque, no era el parque de la arquitectura ni la plaza de no sé dónde, era el Parque de las Esculturas. Un parque con historia...
Recoradarás el día que fuimos por primera vez ahí. Fue hace mucho tiempo, era Abril si no me equivoco, no recuerdo exactamente el día pero probablemente si veo mi cuaderno lo sabré, ese día era jueves o martes y tocaba psicomotricidad jajaja hablamos harto, comenzabamos a ser amigos. Me acuerdo muy bien de ese día, de lo que me dijiste y, de lo que pensé que me dirías pero no dijiste. Recuerdo a las hormigas (que seguramente tú no recuerdas), a la tele en el camino, la escritura al revés y esas palabras en francés que no quisiste mostrarme pero no recuerdo por qué llegamos ahí.
Luego de aquel día ese parque nos ha recibido muy bien, sobre todo cuando compraste un pequeño terreno de pasto con barro cuando jugabamos a la pinta o el día que ya nos echaban y no nos queríamos ir o cuando "se me quedó" esa linda rosa regalo tuyo o mientras jugabamos a la escondida y la gente nos veía curiosa y con una sonrisa en la cara (seguramente aquella gente nunca a jugado a la escondida y se reía de nuestra "locura" ). Son tantas la cosas que ese parque puede contar que podríamos hacer un pacto con él y decirle que no le hable a nadie de eso. Como también habría que amenazar a medio Santiago, calles, parques, metros, micros, cines, malls, supermercados, un sin fin de lugares para que no hablen de nuestras locuras locas.
Quizá no recuerde por qué llegamos ahí ese día, quizá tú lo recuerdes pero lo que si sé es que encontramos un lugar muy bello, un lugar que en Santiago hay pocos y que nos encanta, porque tiene pasto, tiene el verde de la naturaleza que le hace falta a esta ciudad, tiene el amarillo del sol que llega por un lado y se esconde por el otro y tiene lo rojo, ese rojo apasionado y profundo de esto.
Podría escribir mucho más y lo sabes, pero creo que con eso dejo claro que esta foto tiene mucho significado. Ese día supuestamente haríamos mucho, pero como no todo sale como se planea (y eso lo sé muy bien) hicimos del último día, un día muy largo, quizá no tan bueno como días anteriores pero bueno igualmente.
El número 8 es la evolución, el número del infinito (y más allá) redondito y sin fin.
Felices 8 meses mi leoncito!
Hoy, ahora y siempre te amaré en cualquier parte del mundo!

Tu Véronique

martes, 25 de enero de 2011

Altazor , de a dos

"Irías a ser muda que Dios te dió esos ojos.
Irías a ser ciego que Dios te dió esas manos"

Vicente Huidobro

jueves, 20 de enero de 2011

Así

Me gustan las noches de luna llena...

Buen viaje...

Llegando de un largo viaje a una ciudad nueva ante mis ojos, llego al lugar de siempre. Al que en ciertos minutos ansiaba con tantas ganas regresar. En el que esperaban, supuestamente, ojos a los cuales mirar, brazos a los cuales abrazar o sólo una mirada ante la cual callar. Sin embargo estando "a lugar", me siento fuera de lugar.
Era sólo un presentimiento, ese día de noche en la que algo pasó fugazmente por mi mente. Y, quedándose escrito en la cuarta página de ese librito que siempre necesito como válvula de escape, cuando no esté... esa diferencia, ahora diminuta que se estrangula en mi garganta, no sabe existir.

Después de tanto esperar.
Me siento a esperar, me siento a sentir, sola.


Véronique

(A la mañana siguiente me esperaré en el paradero...)