Entre la multitud, desapareciendo de a poco, éramos dos seres totalemente ajenos al mundo.
Abrazados, respirando el mismo aire, tu olor se impregnaba en mí y el mío en tí.
Sintiendo nuestros corazones latir fuertemente, bailando una canción como si fuera dedicada a nosotros, ahí en medio de toda esa gente que pasaba rápidamente, en medio del pitaso que hacía la última llamada a la gente que viajaba, con sabores distintos en los labios pero con un sentimiento mutuo. Ese sentimiento inexplicablemente hermoso que hacia mis ojos brillar ante tu mirada, esa mirada profunda y que desnuda mi ser.
Sentía tu nerviosismo, tu impaciencia, la indecisión tan característica en tí, las palabras a punto de salir y que callabas.
Un 28 de mayo, en una estación de trenes, en el mismo lugar en donde por primera vez nos tomamos de la mano, en el lugar donde comimos por primera vez la primera de tantas pizzas, en ese lugar me propusiste un nuevo comienzo, me invitaste a un nuevo viaje, me hiciste una pregunta... y yo te respondí, aclarando tu duda.
Sabía las palabras que saldrían de tu boca, sabía de antemano la respuesta a tu pregunta.
Lo que no sabía era que ese día iba a terminar así.
Lo que nunca supe era que estos días iban a estar llenos de sorpresas, llenos de felicidad.
Lo nunca nunca supe, era que no sabía absolutamente nada.
Lo que sé ahora, es que te quiero, mucho más de lo que pensé.
(Guardaré en mí, tus palabras como un tesoro)
Hoy conquistamos al mundo.Y en una nueva locura quisimos gritarle lo nuestro...
Abrazados, respirando el mismo aire, tu olor se impregnaba en mí y el mío en tí.
Sintiendo nuestros corazones latir fuertemente, bailando una canción como si fuera dedicada a nosotros, ahí en medio de toda esa gente que pasaba rápidamente, en medio del pitaso que hacía la última llamada a la gente que viajaba, con sabores distintos en los labios pero con un sentimiento mutuo. Ese sentimiento inexplicablemente hermoso que hacia mis ojos brillar ante tu mirada, esa mirada profunda y que desnuda mi ser.
Sentía tu nerviosismo, tu impaciencia, la indecisión tan característica en tí, las palabras a punto de salir y que callabas.
Un 28 de mayo, en una estación de trenes, en el mismo lugar en donde por primera vez nos tomamos de la mano, en el lugar donde comimos por primera vez la primera de tantas pizzas, en ese lugar me propusiste un nuevo comienzo, me invitaste a un nuevo viaje, me hiciste una pregunta... y yo te respondí, aclarando tu duda.
Sabía las palabras que saldrían de tu boca, sabía de antemano la respuesta a tu pregunta.
Lo que no sabía era que ese día iba a terminar así.
Lo que nunca supe era que estos días iban a estar llenos de sorpresas, llenos de felicidad.
Lo nunca nunca supe, era que no sabía absolutamente nada.
Lo que sé ahora, es que te quiero, mucho más de lo que pensé.
(Guardaré en mí, tus palabras como un tesoro)
Hoy conquistamos al mundo.Y en una nueva locura quisimos gritarle lo nuestro...
Véronique