jueves, 29 de abril de 2010

Abstracción de respuestas

¿Quién ha de ver lo que está tras las puertas, tras los muros y tras las sombras?

Pasando a otro rumbo, a uno que aún temo, círculo vicioso de mis miedos, vuelvo a conciderar mis pro y mis contras. La objetividad se desliza de a poco por mi espalda y corre arrastrando los pies. Haciendo eco en las paredes y con sonidos sordos se vuelve frente a mis ojos. Una tela de araña envuelve mis pies, bajo la mirada y me quedo ciega.
Frente al espejo la verdad se refleja en mi cara, amenazante y tentadora. Recorriendo hechos y bosquejos, mi silencio se vuelve cordura.
Mientras la abstracción de respuestas se vuelvan preguntas sobrerespondidas, me quedo muda está la próxima ocasión.

En mis manos tengo dos llaves, una que abre una nueva puerta y otra que cierra un nuevo camino. No quiero saber (por ahora) cual es la correcta. Siento que no siento.

Véronique

martes, 20 de abril de 2010

Respirando letras

Ya no es un hobbie, ya pasó de ser un pasatiempo bonito, ya no importa si está bien o está mal.
Ahora tengo la necesidad de escribir.
Es algo que está fuera de mi voluntad, es un modo de respirar, de caminar, de sentir.
Me tiendo antes de dormir, y es que cuántas cosas pueden crearse en un sólo minuto y apúrate que es sútil, tan ligero, que en un segundo se esfuma, se escapa.
Y ahora que debería estar estudiando anatomía, esto es lo que estoy haciendo, respirando un poco de letras, de frases, suspirando mis palabras.
Y la creación a ratos se vuelve una locura, una catársis de pocos minutos, la droga del día.

Sucede que no me canso de escribir pero si a veces de vivir.


Véronique

viernes, 16 de abril de 2010

Me rindo


Hoy he perdido
He perdido mi color
He perdido mi voz
He perdido mi magia
He perdido mi transparencia
He perdido mi bondad
He perdido mi actitud
He perdido mi sueño
He perdido mi delirio
He perdido mi cabeza
He perdido mi valentía
He perdido mi paciencia
He perdido mi espíritu
He perdido mi obediencia
He perdido mi tranquilidad
He perdido mi sombra
He perdido mi presencia
He perdido mi tiempo
Hoy he perdido mis ganas de ganar

Véronique

J'ai merdé !!

martes, 13 de abril de 2010

A.sí contigo



Siendo sincera, estoy confundida.
Me siento, me alejo, me quedo y me ausento. No tengo palabras para callar el silencio, ni para entender de lo que se trata todo esto.
Espacio en blanco y punto a parte, es lo único que tengo, porque aunque no lo crea, tanto me arriesgo que temo.

No sé lo que siento, pero si no me miento, tanto me intrigas que me tienes confundida y hasta un poco distraída.


Véronique

sábado, 10 de abril de 2010

El inocente pecado


Al recorrer los injertos en la superficie viva de su ser, quise declarar mi insuficiencia de pecados y mis nunca cometidos desacatos. La inocencia peligrosa y deliciosa se lleva a la par de los deseos más recónditos, porque señores hay que decirlo, se llevan a veces tan a flor de piel que tratar de ocultarlos es casi un esfuerzo sobrehumano. Esa delicada belleza que se lleva en los labios, en las palabras y en los gestos que retratada en el rostro del espejo, es parecida a una fina y clara sombra que se desgarra ante los ojos y la mirada del impaciente observador.
Y a esta hora la copa de vino se me ha subido a la cabeza y mis labios se tiñen de un rojo aterciopelado, mis mejillas de un rosa arrendado y mis ojos de un río vertiginoso que se entrecruza con tu rostro. El equilibrio se quiebra y la fractura expuesta se observa a tientas.
Mi desobediencia se vuelve tu emblema, que quema a fuego lento tus venas y enriquece tus aires de poder y tu cena. Y aunque no llegues a tocarme, tus manos ya han tentado a mi piel con sus atentos ademanes.

Hoy he declarado ante la audiencia, sin reclamar clemencia, sin locuras ni demencias que es cierta mi inocencia.

Aunque alguna vez haya sido la manzana del pecado ante los ojos de un joven juez, aficionado a una mala religión.


Véronique

viernes, 9 de abril de 2010

Flash


Sin fechas ni horarios, no sé a quién espanto. No sé la hora ni el día. No sé si es malo o es bueno. Será que alejo a quién quiero, será a quién odio o a quién espero. Será que espanto a la noche, con su largo cabello al viento y su chaqueta negra de cuero o le temo al obscuro surco de su boca, que sonríe sin desvelos, sin malicia ni sosiego. Por qué arrancas me pregunto yo, por qué arrancas te pregunto yo. Acaso espanto al asesino de muertes, a la belleza de la gente o al desconsuelo de los vivientes. Quién será que tendrá el consuelo de verte de frente sin esperar la muerte. Quién será me pregunto yo, la mujer que te bese descortesmente, sacándote las manos de la mente y una palabra para callar el silencio inocente. Espanto al engaño, al novio de antaño, al sucio ropero del pasado, al hombre encantado y a los derivados.
El ocaso se está atrasando, no veo en la noche, ni el negro azulado ni el rojo vivo del extremo horizonte.

Sin mucho contexto, lo que importa es lo que está aquí dentro.

Véronique

martes, 6 de abril de 2010

Sudor y rubor rojo

En el oscuro y sucio vidrio de la ventana
la tarde me reflejó tu llegada
tu primera mirada llegó clavada
al ancla de mi cara, mis ojos, mi alma

Mi tranquilidad se volcó
y a tu mirada se aplacó

Comenzamos palpitando la partida
sobre el eco de tu voz y la música en off
siguiendo el hilo quedé suspendida
una indiferencia inexplicable me resistía

El cielo en tus ojos se reflejó
y nunca más los abandonó

El sudor viajaba y exploraba la piel sobre tu frente
conseguí el camino hasta tu mente
llegó hasta tu pecho y el espacio se hacia estrecho
sentí el rojo rubor de mi suerte
observé que me veías de una forma diferente

En tus mejillas se pegó
el beso que se escapó

Ausentaba junto a tí mi presencia por las tardes
y en mi cabeza se alzaban los desmanes
conseguí atrapar tu mirada bajo mi umbral
y nos perdimos en el cielo, en el mar y en el infierno
siguiendo los deseos prohibidos y los pasos deshonestos

El tiempo pasó
el tiempo voló

Conseguiste mi sonrisa sin esfuerzos ni caricias
y viste en mis pupilas mi tristeza recluída
hablamos de la nada y terminamos en el todo
olvidándonos de los ocho años a groso modo


Y ahora que (quizás) nunca más te veré
me encantaría escuchar: "verónica no te olvidé"
si algún día regreso otra vez.


(Puede ser mi imaginación o un dulce reflejo de satisfacción)

Véronique

viernes, 2 de abril de 2010

Es difícil decir adiós



Quizá caerán algunas lágrimas y quedará un nudo en la garganta pero todo debe seguir y espero que todo sea para mejor.
No me gustan las despedidas.
Y como es tan difícil decir adiós, yo te diré hasta luego!
Te extrañaré mucho hermanita.



Véronique