viernes, 4 de abril de 2014

Cuando estuve lejos





Estuve lejos de todo esto que rodea el mundo como lo conocemos, como lo vemos todos los días de nuestra vida, rutinaria y desperdiciada vida. 
No estuve tan lejos, ni tampoco tan cerca como para respirar el mismo aire. Fue un aire diferente, el que llenó mis pulmones y mi mente, el que también despejó mis ojos y limpió mi corazón.
Fueron muchas cosas las que llegué sintiendo y son muchas las que me traje. Fueron los árboles, el cielo azul y también lleno de estrellas, fueron las rocas, el suelo húmedo, el viento helado, el viento caliente pero fresco. Fueron los pájaros cantando en la mañana o en la noche, a todas las horas del día. Fueron todas esas y más las cosas que me hicieron sentir diferente. Fue el silencio de ese lugar, la frescura, la pureza y el colorido del paisaje, el que me hizo pensar y también dejar de pensar por un momento en todas las cosas que estaban pasando por allá abajo, en donde se ven los edificios tapados por esa horrible y asquerosa niebla, oscura y densa que cubría nuestras cabezas antes de llegar ahí y que las cubrirá al regresar nuevamente. Esa niebla que no ayuda a mejorar la vida de miles de personas. 
Dejé de pensar por un momento, dejé cosas de lado y contemplé la naturaleza tal cual como un cuadro, tal cual como siempre quisimos verla.Tal cual como quisiera verla en estos momentos. Necesito ese respiro de naturaleza, ese aire que envuelve y llena de energía, esa frescura, esa paz que sólo puede entregar mi palabra favorita, naturaleza
Quiero ese respiro lleno de vida , quiero cerrar mis ojos y que el viento me sople en la cara, que hiele mis mejillas, quiero sentir que soy parte de él, quiero recorrer el cielo, ver todo desde un ángulo diferente.
Quiero ser libre y no tener miedo a volar. 


 Véronique