Fue el último día del pasado año 2010.
Estabamos en un parque, no era el parque de la arquitectura ni la plaza de no sé dónde, era el Parque de las Esculturas. Un parque con historia...
Recoradarás el día que fuimos por primera vez ahí. Fue hace mucho tiempo, era Abril si no me equivoco, no recuerdo exactamente el día pero probablemente si veo mi cuaderno lo sabré, ese día era jueves o martes y tocaba psicomotricidad jajaja hablamos harto, comenzabamos a ser amigos. Me acuerdo muy bien de ese día, de lo que me dijiste y, de lo que pensé que me dirías pero no dijiste. Recuerdo a las hormigas (que seguramente tú no recuerdas), a la tele en el camino, la escritura al revés y esas palabras en francés que no quisiste mostrarme pero no recuerdo por qué llegamos ahí.
Luego de aquel día ese parque nos ha recibido muy bien, sobre todo cuando compraste un pequeño terreno de pasto con barro cuando jugabamos a la pinta o el día que ya nos echaban y no nos queríamos ir o cuando "se me quedó" esa linda rosa regalo tuyo o mientras jugabamos a la escondida y la gente nos veía curiosa y con una sonrisa en la cara (seguramente aquella gente nunca a jugado a la escondida y se reía de nuestra "locura" ). Son tantas la cosas que ese parque puede contar que podríamos hacer un pacto con él y decirle que no le hable a nadie de eso. Como también habría que amenazar a medio Santiago, calles, parques, metros, micros, cines, malls, supermercados, un sin fin de lugares para que no hablen de nuestras locuras locas.
Quizá no recuerde por qué llegamos ahí ese día, quizá tú lo recuerdes pero lo que si sé es que encontramos un lugar muy bello, un lugar que en Santiago hay pocos y que nos encanta, porque tiene pasto, tiene el verde de la naturaleza que le hace falta a esta ciudad, tiene el amarillo del sol que llega por un lado y se esconde por el otro y tiene lo rojo, ese rojo apasionado y profundo de esto.
Podría escribir mucho más y lo sabes, pero creo que con eso dejo claro que esta foto tiene mucho significado. Ese día supuestamente haríamos mucho, pero como no todo sale como se planea (y eso lo sé muy bien) hicimos del último día, un día muy largo, quizá no tan bueno como días anteriores pero bueno igualmente.
El número 8 es la evolución, el número del infinito (y más allá) redondito y sin fin.
Felices 8 meses mi leoncito!
Hoy, ahora y siempre te amaré en cualquier parte del mundo!
Tu Véronique
Estabamos en un parque, no era el parque de la arquitectura ni la plaza de no sé dónde, era el Parque de las Esculturas. Un parque con historia...
Recoradarás el día que fuimos por primera vez ahí. Fue hace mucho tiempo, era Abril si no me equivoco, no recuerdo exactamente el día pero probablemente si veo mi cuaderno lo sabré, ese día era jueves o martes y tocaba psicomotricidad jajaja hablamos harto, comenzabamos a ser amigos. Me acuerdo muy bien de ese día, de lo que me dijiste y, de lo que pensé que me dirías pero no dijiste. Recuerdo a las hormigas (que seguramente tú no recuerdas), a la tele en el camino, la escritura al revés y esas palabras en francés que no quisiste mostrarme pero no recuerdo por qué llegamos ahí.
Luego de aquel día ese parque nos ha recibido muy bien, sobre todo cuando compraste un pequeño terreno de pasto con barro cuando jugabamos a la pinta o el día que ya nos echaban y no nos queríamos ir o cuando "se me quedó" esa linda rosa regalo tuyo o mientras jugabamos a la escondida y la gente nos veía curiosa y con una sonrisa en la cara (seguramente aquella gente nunca a jugado a la escondida y se reía de nuestra "locura" ). Son tantas la cosas que ese parque puede contar que podríamos hacer un pacto con él y decirle que no le hable a nadie de eso. Como también habría que amenazar a medio Santiago, calles, parques, metros, micros, cines, malls, supermercados, un sin fin de lugares para que no hablen de nuestras locuras locas.
Quizá no recuerde por qué llegamos ahí ese día, quizá tú lo recuerdes pero lo que si sé es que encontramos un lugar muy bello, un lugar que en Santiago hay pocos y que nos encanta, porque tiene pasto, tiene el verde de la naturaleza que le hace falta a esta ciudad, tiene el amarillo del sol que llega por un lado y se esconde por el otro y tiene lo rojo, ese rojo apasionado y profundo de esto.
Podría escribir mucho más y lo sabes, pero creo que con eso dejo claro que esta foto tiene mucho significado. Ese día supuestamente haríamos mucho, pero como no todo sale como se planea (y eso lo sé muy bien) hicimos del último día, un día muy largo, quizá no tan bueno como días anteriores pero bueno igualmente.
El número 8 es la evolución, el número del infinito (y más allá) redondito y sin fin.
Felices 8 meses mi leoncito!
Hoy, ahora y siempre te amaré en cualquier parte del mundo!
Tu Véronique